Inicio del cambio


Pasó el tiempo, y llegaron mis 15 años. Se desmontó mi vida por completo, sólo estaba pendiente de quedar con mis amigos y ligar. En eso se centraban mis energías. Seguía con otros intereses, pero no con el entusiasmo de los años anteriores. Esta etapa que duró hasta los 18 años, me sirvió de aprendizaje. He aprendido mucho sobre el comportamiento humano, y me ha servido para hacer mi camino, con muchas cosas aprendidas.

En esos años no dejé la fotografía en ningún momento. Hacía sesiones a personas, fotografías de deporte, etc. De hecho, con 17 años es cuando hice por primera vez un curso de manejo de cámara. Hasta entonces, todas las fotografías que había hecho eran en automático y sin ningún conocimiento básico. Seguido a ese curso me compré una cámara réflex, que es la que utilizo actualmente. También me compré un teleobjetivo pensando en volver a salir algún día al campo con él. Y seguido a estas compras, comencé un curso fotográfico de un año entero donde hice varios tipos de fotografía. Fue la clave para entender la base de la fotografía y coger experiencia con mi cámara.

En las quedadas con los amigos sacaba mi cámara para hacerles fotografías.


A pesar de la desmotivación que viví esos años que comento, nunca me desligué de la naturaleza del todo. Durante esos años hice salidas a la naturaleza para fotografiar a la fauna, pero de manera muy puntual.

Las tres imágenes de abajo son algunas de las que hice durante ese periodo.



Mientras estaba centrado en este curso, ocurrió que mi última relación de pareja terminó. Cambió todo. Cuando esta persona desapareció de mí vida me quedé vacío. Lo primero que quería era morirme, mi felicidad “dependía” de esa relación, en una medida. No tenía nada que me motivara tanto como para seguir viviendo con ganas. Probablemente en ese momento no estaba entero como persona. Me faltaba algo en mi vida, y lo intentaba conseguir con esta relación.

 Al día siguiente de que esta persona desapareciera, decidí ir sólo a mi pueblo (hacía varios años que no iba y salía al campo) con mi equipo fotográfico. En esa semana me di cuenta de lo desconectado que estaba de la naturaleza y de mí mismo. Me di cuenta de que era eso lo que me faltaba. Ese contacto con la hierba, el aire puro, los árboles, los seres salvajes, etc. Empecé a ver la luz. Volví a hacerme cosas que utilizaban los indios (llevaba varios años sin tocar ese interés también). Empecé a sentir que mi felicidad era inmensa en la naturaleza. Hice fotografías a los animales cercanos a mi casa. Estuve sólo centrado en eso.

La ciudad se había quedado con todas mis ganas de hacer cosas. Me había quitado mucha energía positiva. Por eso, esa etapa me sirvió para aprender sobre la vida y empezar a cambiar.
Gracias a esta semana, me empecé a motivar para salir otra vez con mi cámara al campo de vez en cuando.

Fotografía de corzos hecha a 400 metros de mi casa de campo.



Siguiente sección