Febrero, marzo, abril y mayo de 2019

En febrero de 2019 llegué a la conclusión de que el curso formativo de fotografía que estaba realizando ya no me aportaba (si no sabes de que hablo, pásate por el apartado “sobre mi“). En ese mes decidí abandonar este ciclo formativo y empezar a hacer lo que de verdad me pedía el cuerpo: fotografía de naturaleza. Con el dinero que me ahorraba por dejar el ciclo, decidí invertirlo en un curso de fotografía de naturaleza con un fotógrafo profesional. Este curso era en mayo, y entre medias, en esos meses, comencé a dedicar varias sesiones a la fotografía de naturaleza.

Al estar trabajando, no me podía mover de mi ciudad, así que decidí hacer fotografías a la fauna más cercana a mi casa: las gaviotas. Hice unas cuantas sesiones hasta el mes de mayo. Hasta entonces nunca había dedicado tantas horas a un único sujeto. En estas sesiones practiqué todo lo aprendido durante los años atrás. Todas las sesiones de retrato, de deporte, de naturaleza, me ayudaron a comenzar en esta práctica fotográfica tan compleja con unos cuantos conocimientos.

Las sesiones eran en las inmediaciones de una colonia de gaviotas patiamarillas. Para llegar hasta allí tenía casi 1 hora de caminata por los senderos de la costa. Muchas veces me costaba mucho coger la mochila y andar hasta la colonia, pero tras varias visitas a las aves marinas, empecé a notar que estaba disfrutando cada vez más de lo que hacía. Cada día me costaba menos llegar hasta el acantilado.